Jueves, Abril 24, 2025

Chile fue un país pionero en materias de salud con la implementación del Formulario Nacional en el año 1969. El objetivo de este instrumento fue asegurar el acceso a los medicamentos mediante un sistema en permanente actualización que racionaliza el arsenal terapéutico a medicamentos útiles para el tratamiento de enfermedades prevalentes.

Las innovadoras ventajas del Formulario Nacional no pasaron inadvertidas para la opinión de expertos internacionales, ya que en 1977 la Organización Mundial de la Salud publicó el primer listado de medicamentos esenciales, iniciando un proceso que constituiría la norma en los sistemas de salud de otros países.

Sin embargo, la promesa del Formulario Nacional Chileno se desvaneció en las políticas de libre mercado impuestas por el regimen militar para reactivar la economía.

La proliferación de laboratorios farmacéuticos y falta de regulación produjo un aumento desproporcionado en el número de especialidades farmacéuticas. Sumado a esto, la derogación de la ley del circuito favoreció la apertura indiscriminada y concentrada de farmacias que hoy forman parte de nuestro paisaje urbano. Nuestro Formulario Nacional entró en un estado de letargo y el medicamento se convirtió en un mero bien de consumo.

Recién a mediados de la década del 90 se comenzó a hablar del concepto de bioequivalencia, como una forma de asegurar la calidad de productos farmacéuticos de administración oral, pero no fue sino hasta la publicación de la Política Nacional de Medicamentos, en el año 2004, que el Estado volvió a poner el tema del acceso a medicamentos de calidad sobre la mesa, manifestando de forma explicita el concepto de intercambiabilidad.

Este evento dio a inicio a una serie de acciones destinadas a implementar un sistema que de forma definitiva hiciera justicia al espíritu de nuestro Formulario Nacional, entre ellas el desarrollo de normas técnicas, cursos de capacitación dictados por expertos internacionales, listados de medicamentos y establecimiento de fechas límites para asegurar equivalencia.

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